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Los Sueños Lúcidos

Los sueños lúcidos

Cuando soñamos, normalmente no somos capaces de distinguir entre el estar despierto o dormido. Nos limitamos a experimentar lo que sucede en nuestro sueño y a tener presentes los objetos o personas que hay dentro de él. Pero los sueños lúcidos son un suceso algo más difícil de conseguir.

Durante estos sueños, que normalmente se dan de forma espontánea, somos conscientes de que estamos soñando. Contamos con nuestra capacidad normal de raciocinio, además de con nuestros recuerdos y sentidos, como cuando estamos despiertos.

Aunque suene extraordinario, son más habituales de lo que parecen.

Más de la mitad de la población ha experimentado uno a lo largo de su vida, pero muy poca gente consigue mantenerse consciente en el sueño y ser capaz de cambiar su contenido.

Este tipo de sueños se conocen desde hace miles de años y son una práctica que se ha tratado de controlar en diversas culturas. Pero, a pesar de los avances científicos y de que se siguen llevando a cabo investigaciones para tratar de saber más sobre ellos y sobre el campo de los sueños en general, la imposibilidad de comunicarse con gente dormida (y, consecuentemente, aislada del resto del mundo) lo dificulta enormemente.

Por eso, todavía no se sabe qué cambios en la actividad cerebral están asociados con los sueños lúcidos. Aunque algo en lo que muchos científicos coinciden es en que este tipo de sueños parecen producirse en los periodos de mayor activación cerebral, durante la fase REM.

A día de hoy existen estudios centrados en descubrir sus posibles beneficios terapéuticos, como tratar el estrés postraumático, la ansiedad o las pesadillas recurrentes. Si quieres saber más sobre este aspecto de los sueños lúcidos puedes pinchar aquí.

Además, se habla de diferentes técnicas para poder entrenarnos no sólo en la consecución de sueños lúcidos, sino también en la capacidad de controlar el contenido de los mismos a nuestra voluntad. Aún así, nada nos asegura el lograrlo y se cree que no todo el mundo puede hacerlo.

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