El dulce peligro de la hipersomnia
Cuando la semana toca su fin muchos lo darían todo por tener un día entero para dormir sin límites. Sin embargo, cuando nos levantamos tras dormir 10 o más horas lo hacemos con una sensación poco reparadora. Como un lunes por la mañana… Y es que la hipersomnia no nos aporta nada bueno.
La hipersomnia o necesidad de dormir en exceso es tan perjudicial física y mentalmente como dormir de menos. Alargar tu sueño empobrece su calidad. Es probable que te despiertes varias veces, interrumpiendo la evolución hacia el sueño profundo. También ralentiza tu cuerpo, con las consecuencias que ello implica.
Cada hora adicional de sueño se asocia con un aumento de niveles de proteínas y mediadores. Agentes que intervienen en procesos inflamatorios y autoinmunes. Con la hipersomnia tu sistema cardiovascular se debilita haciéndole más propenso a sufrir un infarto en el futuro. Y a nivel muscular y articular, permanecer mucho tiempo en las mismas posiciones provoca tensiones y dolores bastante incómodos.
Si padeces hipersomnia te costará mantener un peso saludable. Pues tus células pierden capacidad de respuesta cuanto más duermes y no captan suficiente glucosa. Esto aumenta tus posibilidades de desarrollar diabetes. Esas horas adicionales, además, descargan tu energía y mantienen tu cuerpo inactivo. Por ello será mucho más fácil que ganes peso.
Además la hipersomnia también es perjudicial para tu cerebro. Probablemente te despertarás con frecuentes dolores de cabeza. Estudios científicos han demostrado que dormir demasiado envejece prematuramente el cerebro. Esto deriva a la larga en patologías como el alzheimer. Y puede casi doblar tu riesgo de sufrir un ictus. Además, como la segregación de serotonina se ve alterada te sentirás apátic@ y de mal humor.
Si tu exceso de sueño es algo puntual por un pico de actividad física o mental no debes preocuparte. Pero cuando la hipersomnia es tu pan de cada día, deberías ir al médico para asegurarte de su causa. A veces puede estar provocada por trastornos tiroideos, niveles elevados de colesterol, consumo de medicamentos, depresión…
Se han reconocido diferentes niveles de hipersomnia. Desde la leve, idiopática o primaria con necesidades de 12 a 14 horas de sueño. Pero lo que está claro es que se trata de una alteración en los sistemas de vigilia del cerebro, cuyo tratamiento eficaz es con estimulantes (consulta a tu médico).
Al margen de si simplemente has “malacostumbrado” tu cuerpo a dormir de más o realmente sufres hipersomnia, deberías saber que no pasarte del margen de las 8/9 horas te beneficiará más que nada. Puede que hoy te quedes con ganas de más, pero mañana disfrutarás más de tu descanso. Y en el futuro vivirás más y mejor.