Frutos secos: frutos de energía
Los frutos secos son alimentos muy energéticos, ricos en fósforo, hierro, azufre, vitamina B, proteínas de gran calidad, hidratos y grasas. Útiles en grandes esfuerzos intelectuales, anemias y para mejorar la actividad del hígado y el metabolismo. Deberían tomarlos enfermos de riñón, hígado, circulación y gota. Son inadecuados en la obesidad.
Los frutos secos son, según el código alimentario, aquellos cuya parte comestible, posee en su composición menos del 50% de agua. Su contenido es principalmente grasas (ácido oleico principalmente), proteínas (20 gramos cada 100 gramos) y una pequeña proporción de agua.
Su aporte de hidratos de carbono es escaso, pero contienen fibra y son muy ricos en minerales como hierro, magnesio, potasio, fósforo, calcio y zinc.
El aporte de vitaminas del grupo B y E que proveen son excelentes.
Frutos cardiosaludables
Los frutos secos forman parte del grupo de alimentos considerados calóricos, y esto se debe a su alto contenido de grasas. En promedio un 50% de su contenido, por lo cual 100 gramos equivalen a aproximadamente 600 Kilocalorías. Pero una ración normal de 20 a 30 gramos sólo proporciona unas 120 -150 kilocalorías. Los frutos secos más comunes son: almendras, nueces, avellanas, piñones, pistachos, cacahuete, anacardo, semillas de girasol (pipas), semillas de sésamo y semillas de calabaza.
Entre las ventajas de su consumo se encuentran que las grasas que contienen, son cardiosaludables. El consumo continuado de una pequeña ración (25 gr.), reduce los niveles de colesterol LDL (malo) y aumenta los niveles del colesterol HDL (bueno). Todo este proceso se debe fundamentalmente a que los frutos secos, son muy ricos en ácido oleico y fitoesteroles. Estos últimos desempeñan un papel importantísimo en nuestra fisiología disminuyendo la absorción de colesterol en el intestino delgado. En cuanto al aporte de proteínas, destaca el contenido de un aminoácido llamado arginina que convierte a los frutos secos en un alimento cardiosaludable. En cuanto a las vitaminas, dentro de las del grupo B12, se destaca el aporte de ácido fólico.
Los frutos secos también son antioxidantes naturales, porque nos protegen frente a la acción tan destructiva de los radicales libres. Este poder antioxidante se lo brinda el alto contenido en Vitamina E, o tocoferol.
Tienen bajo nivel de sodio, por lo que son aptos para regular los niveles de tensión arterial. Así́ mismo son excelentes fuentes de hierro, magnesio, potasio, fósforo, calcio y zinc. Su contenido en fibra, contribuye a aumentar la sensación de saciedad, regular el transito intestinal, reducir la absorción de glucosa, grasas y colesterol.
Algunas recomendaciones
Expertos en nutrición han definido a los frutos secos como “cócteles de salud” por su rico perfil nutritivo y su efecto beneficioso para el organismo. Las nuevas aportaciones de recientes estudios científicos, junto con sus ilimitadas posibilidades culinarias y gastronómicas, revalorizan el consumo de frutos secos. Uno de los alimentos tradicionales de la dieta mediterránea. Según un estudio realizado por el Hospital Clínico de Barcelona en el año 2007, las grasas de los frutos secos no engordan.
Las conclusion es que, comer nueces en ingestiones que contienen un alto contenido en grasas, limita la capacidad que tienen de dañar las arterias. Esto, a largo plazo, evita las enfermedades cardiovasculares.
Tomar nueces junto con comidas poco saludables limita la capacidad de perjudicar las arterias, ya que favorecen su elasticidad, según este estudio.
Otros estudios avalan la tesis de que los frutos secos no engordan, tal y como se creía durante años. La investigación de la Universidad de Navarra con la Universidad de Harvard, encontró que consumir frutos secos no está asociado a una mayor ganancia de peso. La investigación que duró 8 años, dio seguimiento a cerca de 51 mil enfermeras americanas comprendidas entre los 20 y 45 años de edad. Aquellas mujeres que consumían frutos secos dos o más veces por semana, mostraban una ganancia inferior de peso, respecto a las que no lo hacían.
Además, un informe publicado en la revista European Journal of Clinical Nutrition, realizado por la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili de Reus, España, encontró que no existe relación entre el consumo habitual de frutos secos y la obesidad. Sino al contrario, se comprobó que aquellas personas que habitualmente consumían frutos secos, eran en general, más delgadas que aquellas que no los consumían.
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