¿Padeces bruxismo?
Además del insomnio hay otro trastorno molesto y muy generalizado en la cama: el bruxismo. Puede que algunas personas no sean conscientes de que aprietan excesivamente los dientes mientras duermen. Pero sí de sus síntomas: despertarse con molestias en encías y mandíbula, dolores de cabeza o tensión en el cuello.
En los casos más pronunciados de bruxismo, se presiona los dientes hasta 45 minutos con una fuerza mayor a 100 kgs. Eso a la larga puede desgastar y debilitar las piezas dentales. Además de aumentar la sensibilidad y alterar y desplazar la mordida. Puede ser necesario incluso un tratamiento con toxina botulínica. O una rehabilitación oral completa.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, paliar los efectos del bruxismo es más sencillo. A nivel físico, podemos acudir al dentista para que nos haga un molde para construir una férula. Puede ser para nuestra arcada inferior o superior, de uso diurno o nocturno.
Es importante acudir a un especialista para una solución adaptada. El uso de otros protectores blandos como los bucales deportivos sólo estimulan más el bruxismo.
A mayores, para combatirlo es recomendable realizar técnicas de relajación. Tanto a nivel muscular, como emocional. Pues el acto de rechinar los dientes suele estar relacionado con el estrés. Y el estrés se procesa durante el sueño en fases REM. Los masajes debemos aplicarlos en cuello, hombros y cara. Y además, ejercicios como colocar la lengua entre los dientes. Prueba a desplazarla por las piezas adelante y atrás. Y de arriba hacia abajo. Puede ser de gran ayuda.
Otras precauciones sencillas son evitar el abuso en nuestra dieta de azúcares refinados. Refrescos, fritos, comida rápida, café, chocolate, zumos procesados… No hacen ningún bien a nuestros niveles de ansiedad.
Aunque lo más importante es comenzar a ser conscientes de lo que hacemos con nuestra boca. Partiendo del hecho de que la posición correcta de las mandíbulas es flotante. La mandíbula inferior y la superior no deben tocarse salvo durante el acto de masticación. La distancia entre la mandíbula y el maxilar ideal es entre 2 y 3 mm. Y nuestros músculos deben estar relajados.
Tratar el bruxismo con estas sencillas soluciones será el camino para tener una boca más sana. Y también para tener un sueño más reparador. Así como evitar dolores y sobrecargas que podrían acompañarnos todo el día.