Blinda tu descanso contra la primavera
¿Te sientes cansado, melancólico, apático, sin apetito? ¿tienes dolores de cabeza, la líbido baja y te cuesta conciliar el sueño? Puede que seas ese español de cada diez que en primavera sufre sin saberlo astenia
Aunque nos encanta dar la bienvenida a la primavera, lo cierto es que la adaptación conlleva algunos contratiempos temporales…
El aumento de la temperatura, hace que los vasos sanguíneos se dilaten y descienda la tensión arterial. Esto se traduce en una sensación de cansancio y fatiga muscular. Y ello se une a una mayor transpiración, con síntomas similares a un cuadro de deshidratación.
Por otro lado, el aumento de la luminosidad típica de la primavera reprime la acumulación de la hormona melatonina. Esta hormona es la encargada de distinguir el día y la noche. Y revoluciona nuestras pautas de sueño. Lo cual, unido al cambio de hora al inicio de la estación, aumenta las dificultades de readaptación de nuestro reloj biológico.
Además, si eres de los españoles que sufren algún tipo de alergia, la transición se complica… Si padeces rinitis alérgica, la congestión y mucosidad no sólo te vuelven insomne. Pueden hacer que te levantes con la desagradable sensación de sequedad bucal o hacer que tu pareja se desvele con episodios de ronquidos. A las personas asmáticas también les resultará familiar la sensación de ahogo, que hace casi imposible cerrar los párpados durante demasiado tiempo.
Pero no sólo las alergias respiratorias frecuentes en primavera interfieren en nuestro sueño. La urticaria cutánea puede hacer que no encontremos alivio en ninguna postura a la hora de meternos a la cama. Y la presencia casi indistinguible de ácaros en nuestra ropa de cama puede conllevar desagradables picores. Y molestias al contacto con las sábanas que nos impidan descansar correctamente.
Para nuestro alivio, la adaptación a la primavera a nivel biológico, apenas dura un par de semanas. Pero lo mejor de todo es que con unos sencillos consejos podemos aliviar o eliminar algunos hándicaps:
- Mantén un horario de sueño regular; tu cuerpo no necesita más alteraciones. Unas horas antes de irte a dormir, ve regulando la luz de tu hogar. Así ayudarás a tu cuerpo a completar el proceso de conciliación del sueño a su hora habitual.
- Duerme 8 horas al día (al menos nunca menos de 7 ni más de 9). Sólo así garantizarás a tu cuerpo un descanso verdaderamente reparador.
- Evita las comidas copiosas y bebidas estimulantes. La cena debe ser ligera y realizarla al menos dos horas antes de acostarte. Así la digestión no interfiere en el sueño. Hidrátate durante todo el día para facilitar la función renal e intestinal y alíate con las infusiones relajantes.
- Haz pequeños descansos de cinco minutos cada hora durante la jornada laboral. Así se desarrollará de una forma más relajada.
- Prolonga tu actividad en el exterior mientras dure la luz solar. Facilitarás la adaptación a la primavera y potenciarás tu optimismo.
- Realiza ejercicio de forma regular (de media a una hora al día). Y practica la relajación antes de irte a dormir.
- Y para luchar contra los ácaros ventila el dormitorio por periodos breves de cinco a diez minutos. Lava la ropa de cama con frecuencia (mantas y edredones una vez al mes y sábanas una o dos veces por semana). Evita alfombras y accesorios que acumulen polvo. Y no duermas en compañía de mascotas.