Astenias: ¿cómo sobrevivir a los cambios de estación?
Cansancio, pérdida de apetito, irritabilidad, alteraciones del sueño… Estos son algunos de los síntomas que se manifiestan en algunas personas cuando sufren astenias durante los cambios de estación. Parece lógico que el cuerpo humano necesite su tiempo para adaptarse a los cambios de temperatura, de alimentación y, sobre todo a las horas de sol.
Durante el verano nos encontramos más felices y despreocupados, esto es debido a la alta cantidad de vitamina D y serotonina que nuestro cuerpo produce gracias a la luz del sol. En cambio, durante el otoño e invierno, recibimos menos luz natural, por lo que nuestros niveles de serotonina descienden de manera progresiva.
La serotonina, también conocida como la “hormona de la felicidad”, actúa como neurotransmisor y regula nuestro apetito, sueño, ira, sexualidad, temperatura corporal y estrés. Cuanto más alto es el nivel de serotonina más felices somos, del mismo modo que un nivel bajo de esta hormona indica la presencia de una depresión.
Los síntomas de las astenias tienen una duración de entre 15 días y un mes. En función del tiempo que tarde nuestro cuerpo en adaptarse a los nuevos biorritmos. Si por algún motivo esta fatiga se prolonga más tiempo, debes acudir a un médico ya que los síntomas se pueden deber a otra enfermedad como puede ser la anemia o el hipotiroidismo.
Para disminuir los síntomas de las astenias puedes poner en práctica algunos de estos consejos.
Realizar ejercicio. Tan solo treinta minutos de ejercicio al día resultan suficientes para encontrarnos más en forma, coger mejor el sueño y desconectar mentalmente de los problemas del día a día. Para quienes sufren astenia acentuada, es aconsejable no realizar actividades deportivas que exijan mucho esfuerzo. Las prácticas de relajación, como el yoga o la meditación, también son beneficiosas.
Mantener una alimentación sana y equilibrada, baja en grasas y rica en fibra. La alimentación, junto con el ejercicio y el descanso, es un pilar fundamental para llevar una vida equilibrada. En esta época del año trata de comer de manera saludable y aumentar el consumo de alimentos ricos en vitaminas A, C, E y B6 como pueden ser las frutas, verduras y hortalizas, así como alimentos con hierro y triptófano.
Dormir las horas necesarias. Durante estos días tendrás más sueño del habitual, pero es importante que controles las horas y regules el sueño. Intenta dormir unas 8 horas al día y, a poder ser, siempre en el mismo horario. Otro consejo es dormir a oscuras para producir más melatonina y ayudar a inducir el sueño. Intenta evitar también el uso de dispositivos móviles justo antes de ir a la cama.
Eliminar o reducir el consumo de sustancias excitantes. Intenta no abusar de sustancias como el alcohol, el café, el té, refrescos con cafeína y el tabaco.
Pasar más tiempo al aire libre. Si no podemos practicar deporte en el exterior procura dar un paseo, tomar un café o si tienes la oportunidad realizar una escapada de fin de semana lejos de la ciudad y disfrutar relajándonos en contacto con la naturaleza.
Una hidratación adecuada. El organismo necesita estar bien hidratado para funcionar bien. Por eso, procura beber agua, infusiones o tomar sopa.