Cómo afecta el invierno a tu sueño
Ahora que nos encontramos en el momento álgido del invierno se hace más palpable el efecto en nuestro descanso. El frío como el calor afecta a nuestra capacidad de conciliar el sueño y la calidad del mismo. Hoy te contamos cómo afecta el invierno a tu sueño.
Nuestro sueño natural comienza a fraguarse alrededor de las 20:00 hrs, cuando nuestros niveles de melatonina empiezan a elevarse. Unas 3 horas después, alcanzan un valor suficiente para ir induciendo el descenso de la temperatura corporal y nuestra actividad cerebral disminuye hasta alcanzar la somnolencia. Sin embargo, ese ciclo puede verse alterado con las condiciones ambientales, como las propias del invierno.
Cuando el ambiente frío del invierno interrumpe o ralentiza nuestro proceso natural, tendemos a solucionarlo encogiéndonos. Esto es porque al reducir la superficie corporal resulta más fácil mantener la temperatura central normal. Pero ésta no siempre es la mejor postura para el descanso de nuestros huesos y músculos. Por ello, lo más adecuado es lograr esa temperatura ideal de entre 5 y 21 grados. Para lograrlo este invierno debemos usar ropa de dormir de abrigo, pero transpirable (para evitar la humedad, con el consecuente sofoco y enfriamiento) y una manta ligera, pero aislante (polar).
No obstante hay personas que por diferentes condicionamientos de su organismo sienten episodios de calor incluso en invierno. Para los sofocos, nada mejor que humedecer/aplicar frío en muñecas y nuca. Como las venas y arterias que pasan por allí están más cerca de la epidermis, se refresca la sangre en circulación. Así, la sensación de alivio y frescura se traslada al resto del cuerpo con gran rapidez.
En cualquier caso, la elección del colchón adecuado a nuestra postura a la hora de dormir y nuestras necesidades de descanso, será determinante para la calidad de nuestro descanso incluso en el invierno. Sea lo largo que sea.